Cada cuánto se debe cambiar el cepillo de dientes

Cada cuánto se debe cambiar el cepillo de dientes

¿Nos preocupamos realmente de cuidar nuestro cepillo dental de manera adecuada? Aunque no lo parezca, esto no es un tema menor. El cepillo es una herramienta que utilizamos a diario y esperamos que cumpla la función de limpiar la placa bacteriana y mantener las bacterias a raya. Utilizar un cepillo de dientes en mal estado no le hace ningún favor a nuestra boca. ¿Por qué? La razón es sencilla: según un estudio realizado por la Universidad de Manchester, un cepillo dental promedio contiene en sus cerdas al menos 10 millones de bacterias. La causa de esto se debe a que en nuestra boca habitan cientos de especies de bacterias y, por otra parte, que normalmente guardamos el cepillo en lugares con alta cantidad de humedad y donde pueda contaminarse por las bacterias del ambiente. Entonces, ¿cuándo debo cambiar el cepillo de dientes? Como puedes comprobar, es fundamental no desatender el mantenimiento de nuestro cepillo dental. Y para esto no solo es importante saber cómo almacenarlo de la mejor manera, sino también cada cuánto debemos cambiar el cepillo de dientes para que no termine por convertirse en un enemigo de nuestra higiene bucodental. La mayoría de los odontólogos están de acuerdo en que debemos cambiar el cepillo de dientes aproximadamente cada 3 o 4 meses. Y no solo por las bacterias que pueda acumular. También, y no menos importante, es que con el paso del tiempo las cerdas se van deteriorando y el cepillo deja de hacer su trabajo. Estudios científicos han demostrado que después de 3 meses de uso regular, los cepillos dejan de ser efectivos para remover los restos de comida y placa dental. Esto es así, porque las cerdas pierden resistencia y, por lo tanto, capacidad para limpiar y para llegar a áreas difíciles de alcanzar alrededor de los dientes. Cómo saber si es hora de cambiar el cepillo de dientes Pero no necesariamente debes esperar a que este tiempo pase. Si antes de los 3 o 4 meses recomendados notas que tu cepillo de dientes está desgastado, ¡ha llegado el momento de cambiarlo! Si te cepillas muy vigorosamente, sueles morder las cerdas o usas brackets u otras prótesis dentales, es muy probable que tu cepillo de dientes se deteriore antes de lo esperado. Sabrás que es el momento de cambiar el cepillo de dientes cuando notes que las cerdas están torcidas, aplastadas, se hayan roto o simplemente hayan perdido firmeza a la hora del cepillado. ¿Si he estado enfermo debo cambiar el cepillo de dientes? También es importante saber que después de un resfriado, gripe o cualquier dolencia de tipo infeccioso es absolutamente necesario cambiar el cepillo de dientes. Hacerlo evitará que los gérmenes, bacterias o virus que hayan producido la enfermedad penetren de nuevo en el cuerpo. No hay que olvidar que las cerdas de los cepillos de dientes acumulan una gran cantidad de microorganismos y que estos no mueren solo con lavar el cepillo con agua caliente. Lo mejor para no volver a enfermar (y para cuidar de paso tu salud bucodental) es cambiar el cepillo de dientes en cuanto estés recuperado. Cómo proteger el cepillo de dientes a la hora de guardarlo Y durante el tiempo que el cepillo de dientes puede ser utilizado, ¿cuál es la manera correcta de almacenarlo? Para responder a esta pregunta, queremos compartir una serie de consejos muy útiles que te permitirán mantener tu cepillo siempre limpio: Para que no se produzca una transferencia de bacterias entre tu cepillo y los cepillos de tu familia, guárdalos por separado o de tal manera que haya suficiente distancia entre ellos para que no entren en contacto. No guardes tu cepillo de dientes cubierto con un capuchón de plástico. Poner una tapa al cepillo evita que las cerdas se sequen bien y esa humedad permanente es el caldo de cultivo perfecto para las colonias de bacterias. Reserva la tapa solo para cuando vayas a transportar tu cepillo de dientes (en viajes, por ejemplo) y colócasela solo cuando este completamente seco. Baja la tapa del inodoro cuando tires de la cisterna. Al hacerlo, previenes que puedan llegar hasta tu cepillo gérmenes fecales que se transportan por el aire si no bajamos la tapa al tirar de la cadena. No olvides lavarte las manos antes de cepillarte los dientes. Así evitarás traspasar bacterias de las manos al cepillo y del cepillo a tu boca. No compartas tu cepillo de dientes con nadie. Parece una obviedad, pero hay muchas parejas que acostumbran compartir el cepillo dental. Ten en cuenta que en la boca se acumulan una gran cantidad de bacterias (como las causantes de la caries dental, por ejemplo) y que compartir el cepillo con otra persona podría ocasionar el contagio de algún tipo de enfermedad bucodental. Recuerda, cambiar tu cepillo de dientes con frecuencia y almacenarlo correctamente es tan importante para tu salud bucal como cepillarte los dientes dos veces al día. ¡No te duermas en los laureles!

¿Qué es la agenesia dental?

¿Qué es la agenesia dental?

La agenesia dental es una patología congénita, presentada desde antes del nacimiento, que se caracteriza por la ausencia de una o más piezas dentales. La padecen entre el 1% y el 3% de la población mundial y es producida por un desorden durante el proceso de formación de la lámina dentaria. Este desorden, provoca la mencionada falta de piezas dentales, tanto en la dentición temporal como en la dentición permanente, pudiendo llegar a generar trastornos tanto funcionales como estéticos en el paciente que la padece. Es causada por un desorden del proceso de formación de la lámina dentaria y les padecida por entre el 1% y el 3% de las personas. Esto causa la carencia de piezas dentales tanto en los dientes de leche como en los permanentes y puede llegar a generar trastornos en la funcionalidad y la estética de la dentición del afectado.   ¿Cuáles son las causas de la agenesia dental? Dentro de los factores que pueden causar problemas en el desarrollo dental se encuentran los siguientes: Factores hereditarios. El componente genético puede ser determinante en el desarrollo de la agenesia dental, así como de otras enfermedades como las periodontales. Por eso, no es de extrañar que varios miembros de una misma familia sufran esta patología. Alteraciones sistémicas. Los pacientes que padecen algún tipo de alteración sistémica tienen más probabilidades de sufrir afecciones como la agenesia dental. Patologías sufridas durante el embarazo. Enfermedades como raquitismo, sífilis congénita, déficits nutricionales durante el embarazo, tuberculosis, rubéola o cualquier otra enfermedad grave que afecte a la madre durante el proceso de gestación, pueden ser un factor importante para la aparición de agenesia dental. Factores evolutivos. Las modificaciones genéticas propias de la evolución de la especie también podrían producir cambios en la dentición, siendo una de sus manifestaciones la disminución del número de dientes en el arco dentario. ¿A qué dientes afecta la agenesia dental con mayor frecuencia? Los especialistas distinguen entre tres tipos diferentes de agenesia dental en función del número de piezas dentales faltantes: Hipodoncia, cuando faltan de 1 a 5 piezas dentales definitivas. Oligodoncia, cuando faltan más de 6 piezas dentales permanentes. Anodoncia, se refiere a la ausencia total de piezas dentales definitivas. Esta patología suele afectar con mayor frecuencia a los terceros molares, los incisivos laterales, los segundos premolares inferiores, los segundos premolares superiores y los incisivos centrales superiores. ¿Cómo se puede tratar la agenesia dental? El primer paso, será proceder a la realización de exámenes radiográficos para evaluar el caso. Una vez comprobada la agenesia dental, el dentista evaluará qué tratamiento aplicar en función del tipo de maloclusión a corregir, de la estructura facial del paciente y del tamaño de los dientes. Existen varias opciones. Por un lado, el especialista podrá decidir cerrar el espacio generado por el diente faltante o, también, se  podrá preparar la boca del paciente para solucionar la ausencia dental con la colocación de un implante. En aquellos casos en los que se presenta la ausencia de más de una pieza dental, el odontólogo podrá recomendar la colocación de un puente o el diseño de una prótesis parcial. Es importante recordar que la ausencia de una o más piezas dentales afecta tanto a la estética de nuestra boca, como a su funcionalidad. Por eso, es importante visitar a tu odontólogo para ponerle solución. Si estas buscando una clínica dental de confianza comunicate con nosotros por cualquiera de nuestros medios de contacto.  

Malos hábitos dentales a evitar para cuidar tu salud bucodental

Malos hábitos dentales a evitar para cuidar tu salud bucodental

Muchos tenemos ciertas costumbres cotidianas que son nocivas para nuestra salud oral, y muchas veces, ni siquiera las reconocemos como perjudiciales o no les damos la importancia que se merecen. Estas costumbres pueden traer consecuencias que van desde el desgaste o manchas, hasta patologias bucodentales o perdida de las piezas dentales. ¿Cúales son estos malos habitos a evitar para cuidar la salud de tus dientes? En este blog lo detallaremos. Malos hábitos dentales que pueden estropear tus dientes Puede que estés pensando que nos referimos a no tener una buena higiene dental o a no visitar frecuentemente al dentista. Pero, aunque estos también son errores que conviene corregir, hoy te vamos a hablar de algunos malos hábitos dentales relativamente frecuentes que pueden dañar nuestros dientes. Tan importante es tenerlos en cuenta, que el Consejo General de Dentistas de España dedicó en el último volumen de su publicación “Consejos de tu dentista” un artículo entero a 5 de los más habituales. Pues hoy, no solo te hablamos de ellos, sino que añadimos un par más que, por el bien de nuestra salud oral, también es fundamental erradicar. ¡Aquí van! Te descubrimos nuestro top 7 de malos hábitos dentales a evitar para cuidar la salud bucodental. Utilizar los dientes como herramienta ¿Cuántas veces has cortado un pedazo de celo o has abierto algún empaque con los dientes? Aunque pueda parecer una acción inofensiva, lo cierto es que utilizar los dientes como herramienta es un hábito dañino que puede producir desgaste dental, fractura de piezas dentales o, si los llevas, caída de empastes. Esto aplica también para la costumbre de morder bolis o lápices. Además, si eres de los que acostumbra a utilizar el conocido palillo de dientes para eliminar restos de comida, debes saber que el roce de este elemento puntiagudo puede producir recesión gingival y contribuir a que desarrolles problemas periodontales. ¡Mejor el hilo! Morderse las uñas Aunque nunca lo hayas pensado antes, lo cierto es que tus manos no son las únicas que sufren cuando te muerdes las uñas: ¡tus dientes también lo hacen! Morderse las uñas puede provocar desde infecciones bucales producidas por las bacterias que se encuentran en las uñas, hasta fisuras en los dientes (sobre todo en los incisivos), pasando por alteraciones o deformaciones de la articulación de la mandíbula debidas a la posición forzada de boca que tienes que adoptar habitualmente para morder. Además, las personas que se muerden las uñas tienen mayor probabilidad de padecer bruxismo. Beber refrescos en exceso Las bebidas carbonatadas tienen altas concentraciones de azúcar y también son muy ácidas (tienen ácidos como el fosfórico, cítrico, tartárico, carbónico…). Esto hace que consumirlas, favorezca la erosión de la capa protectora de los dientes lo que puede tener consecuencias como la aparición de manchas, la pérdida del esmalte, el desarrollo de sensibilidad dental y, además, produce un mayor riesgo de sufrir de caries. Masticar hielo Algo que muchos hacemos al terminar una bebida, pero que los odontólogos desaconsejan. ¿Por qué? Debido a su gran dureza, masticar trozos de hielo frecuentemente o en grandes cantidades puede generar fisuras dentales e incluso producir una fractura. Además, puede causar daños en coronas y empastes, dañar el esmalte dental y ocasionar lesiones en las encías, lo que aumentaría el riesgo de padecer enfermedades como caries o sensibilidad dental. Cepillarse los dientes incorrectamente Siempre te han dicho que tienes que lavarte los dientes después de comer, y es verdad. Aunque existe una excepción: cuando los productos consumidos hayan tenido un alto contenido ácido (cítricos, vinagres, tomate, refrescos, patatas fritas, vino…) lo mejor es esperar al menos 30 minutos antes de cepillarse los dientes para permitir que el PH de la boca vuelva a sus niveles normales. De esta manera, evitas frotar el ácido contra los dientes aumentando el efecto nocivo que puede desmineralizar, debilitar la superficie dental y exponer a los dientes a más daños. Abusar del azúcar Ya te hemos hablado antes del efecto que tiene el azúcar en tus dientes. Por eso, un hábito importante a cambiar, es el consumo excesivo de alimentos y bebidas azucaradas. Abusar del azúcar puede ocasionar aumento de la placa dental, incremento de la acidez bucodental, aparición de caries, mayor riesgo de sufrir gingivitis o inflamación de las encías, sensibilidad dental e incluso fractura o pérdida de piezas dentales. Fumar Un hábito que perjudica no solo a los dientes, sino a la salud en general. La nicotina de los cigarrillos oscurece el esmalte y mancha los dientes. Pero, además, fumar contribuye al desarrollo de enfermedades periodontales como gingivitis o periodontitis (con el riego de pérdida de piezas dentales que estas enfermedades pueden conllevar), produce halitosis, afecta a las papilas gustativas y puede causar afecciones graves como cáncer. ¡Déjalo cuanto antes!  

Qué es la recesión gingival

Qué es la recesión gingival

¿Tienes problemas de sensibilidad dental, sangrado o inflamación de encías o la sensación de que algunos de tus dientes son mas largos de lo normal? Si es así, es probable que sufras de retracción de encías o recesión gingival. Aun siendo esté un problema bastante común en la población mundial, no debe ser ignorado dado que, puede producir problemas estéticos y puede causar graves problemas bucodentales de no tratarse a tiempo. ¿En que consiste exactamente la recesión gingival? ¿Cuales son sus causas? ¿Como se la trata o se le pone freno a tiempo? Lee este blog hasta el final para contestar todas estas preguntas. ¿Qué es la recesión gingival? La recesión gingival es un proceso en el que las encías se retraen, dejando al descubierto la raíz y otras partes del diente que normalmente se encuentran protegidas por el tejido gingival. Al quedar expuestas estas partes antes cubiertas por la encía, los dientes se vuelven más vulnerables a enfermedades y molestias como la sensibilidad dental, la caries radicular (un tipo de caries que afecta a la raíz del diente), la pérdida progresiva de las encías y del hueso e incluso, en los casos más graves, la pérdida de alguna pieza dental. Causas de la recesión gingival La recesión de las encías o recesión gingival se puede producir por muchos factores como la edad, la forma en que cepillamos nuestros dientes o una mala higiene bucal. A continuación, te contamos algunas de las causas más habituales de este problema: Gingivitis: un mal cuidado bucodental puede provocar que las encías se inflamen debido a la acumulación de placa bacteriana produciendo gingivitis. Si esta afección no se trata adecuadamente, las encías pueden empezar a retraerse. Mala técnica de cepillado: cuando el cepillado dental se realiza con un cepillo de cerdas demasiado duras o ejerciendo excesiva presión, puede suceder que las encías se vayan retrayendo progresivamente. Posición incorrecta de piezas dentales: los dientes mal alineados y las maloclusiones (el mal encaje de las arcadas dentales) pueden hacer que el tejido gingival se reduzca. La solución para este problema es alinear correctamente los dientes mediante un procedimiento de ortodoncia. Bruxismo: el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes además de provocar un desgaste de las piezas dentales, puede producir retracción gingival. Cómo detener la recesión gingival Lo primero que tienes que saber es que, una vez las encías empiezan a retraerse, no vuelven a regenerarse de manera natural. Por eso es tan importante que ante cualquier sospecha de padecer recesión gingival consultes a tu dentista lo antes posible para identificar las causas y poder actuar para frenar el avance de la enfermedad. Si la recesión gingival no está avanzada, lo más común es que, corrigiendo malos hábitos y técnicas de higiene dental, puedas evitar que siga evolucionando y empeore más. Te recomendamos cepillar los dientes después de cada comida usando un cepillo de cerdas suaves, dentífricos y enjuagues con flúor y seda dental. Para casos más graves en los que la estética y la salud del diente se ven comprometidas, existen técnicas quirúrgicas odontológicas como los injertos de encía o los colgajos que pueden ayudar a mejorar tanto la estética como la funcionalidad. ¿Quieres más información sobre este tema? Ponte en contacto con nosotros. ¡Estaremos encantados de resolver cualquier duda que te surja!

Caries en los dientes de leche

Caries en los dientes de leche

Debido a las dietas ricas en azúcares, la cantidad de niños sufren de caries en los dientes de leche está constantemente en aumento. Como los dientes de leche tienen un tiempo de vida limitado y luego son remplazados por los dientes permanentes, no se les suele dar la importancia que debería y su higiene y limpieza es descuidada. El error radica en que deberian ser cuidados como si fueran definitivos, ya que estos son fundamentales en todo el tiempo que dura su uso y es menester mantenerlos sanos y en buen estado hasta que sean sustituidos de manera natural por los dientes permanentes. La higiene, cuidado y conservación de los dientes de leche son la base de unos dientes definitivos sanos y en buen estado. Y ahora a contestar las preguntas importantes: 1.- ¿LAS CARIES EN LOS DIENTES DE LECHE SE TIENEN QUE TRATAR? Y la respuesta es que SÍ, principalmente por los siguientes motivos: Una caries produce dolor o molestias, y si no se trata, puede llegar a provocar otra serie de problemas bucales más importantes como infecciones, flemones o sangrados de encías. Un diente temporal con caries puede dañar al diente definitivo que tiene que ocupar su lugar. Los dientes de leche mantienen el espacio natural entre dientes y sirven de guías para los dientes definitivos. Si un diente de leche tiene caries puede llegar a afectar a la función de masticación  de los más pequeños. Y si el diente de leche se mueve y está a punto de caerse ¿es mejor evitar el empaste? Al considerar la utilización de un empaste en un diente de leche es importante determinar el tiempo de vida que le queda al diente y el tamaño de la caries, y siempre debe ser el especialista el que juzgue cual es el tratamiento más óptimo para cada caso concreto. 2.- CONSEJOS PARA EVITAR QUE APAREZCAN CARIES Por último, nunca está de más repasar unos consejillos para evitar la aparición de caries en los más peques. Cepillarse los dientes después de cada comida, y sobre todo, no nos podemos olvidar hacerlo después de la cena. Cepillar los dientes durante 2 minutos. El uso del hilo dental para eliminar el sarro y los restos de alimentos entre los dientes. Supervisión de los padres a la hora del cepillado para comprobar que se realiza correctamente. Limitar la cantidad de dulces y bebidas con azúcar, como gaseosas y zumos. Acudir a las revisiones dentales estipuladas por tu profesional de confianza (2 veces al año aproximadamente). Para este tema o cualquier otra consulta ponerse en contacto con nosotros vía cualquiera de nuestros medios de comunicación o si estas por nuestra zona acercarse a nuestra clínica dental.

¿Cómo afecta el azúcar a nuestros dientes?

¿Cómo afecta el azúcar a nuestros dientes?

Cómo afecta el azúcar a nuestros dientes En esté blog vamos a hablar sobre como el azúcar puede afectar a nuestra sonrisa y como podemos prevenir problemas bucodentales que tengan que ver con esto. En nuestra cavidad oral constantemente es formada la conocida paca dental, una capa generada por las bacterias, saliva y/o restos de comida. Resulta que al ingerir alimentos con azucar, se producen ácidos que atacan los dientes a causa de las bacterias presentes en los mismos, y si la placa no se elimina cada cierto tiempo puede provocar daños en el esmalte dental y los dientes debido al contacto con el ácido. En este proceso intervienen varios factores como la concentración del azúcar, el tiempo de exposición, la frecuencia de consumo, la cantidad de placa bacteriana presente en nuestra boca y la calidad y acción de la saliva para diluir el contenido de la boca y neutralizar los ácidos. Efectos que tiene el exceso de azúcar en los dientes Cuanto mayor sea nuestro consumo de azúcar, mayor será también el riesgo de sufrir diferentes patologías bucodentales. Como por ejemplo: Aumento de la placa dental. Las bacterias presentes en la placa dental se alimentan de azúcar y, al alimentarse, se reproducen y se acumulan en mayor medida sobre los dientes. Si no se elimina oportunamente, esta placa puede llegar a endurecerse y puede ser más difícil de eliminar. Incremento de la acidez bucodental. Las bacterias de la boca se alimentan de azúcar y, como resultado, producen un ácido que es dañino para los dientes. Cuanto más estamos expuestos a ese ataque ácido más se debilita el esmalte y aparecen agujeros en los dientes. Aparición de caries dental. Estos agujeros que se forman en los dientes por la acción del ácido son las conocidas caries y las caries si no son tratadas pueden producir dolor, infección e incluso pérdida de piezas dentales. Gingivitis o inflamación de las encías. La acumulación de placa dental provoca la aparición de gingivitis, produciendo irritación de las encías y haciendo que se inflamen, se enrojezcan y sangren. Sensibilidad dental. La presencia de caries o enfermedades de las encías como la gingivitis y la periodontitis pueden producir sensibilidad dental y, como ya hemos visto, el exceso de azúcar puede propiciar la aparición de estas molestias. Fractura de piezas dentales. El exceso de ácido en la boca producido por el consumo excesivo de azúcar puede debilitar el esmalte, producir grietas y terminar finalmente en la fractura de piezas dentales. Cómo mitigar el efecto del azúcar en los dientes El mejor consejo que podemos darte es que reduzcas al mínimo el consumo de azúcar, pero hay otras medidas que también conviene adoptar: Cepillarte los dientes después de cada comida y mínimo durante 2 minutos, haciendo uso también del hilo dental. Visitar a tu dentista regularmente para prevenir posibles afecciones bucodentales y para realizarte periódicamente una limpieza bucal profesional. Evitar los alimentos azucarados que permanecen en la boca durante mucho tiempo como los caramelos duros o los chicles con azúcar. Sustituir por agua los zumos de frutas y los refrescos azucarados. Si quieres más información sobre este tema o estás buscando tratamiento para tratar las caries, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. ¡Esteremos encantados de ayudarte!